[no_toc]Este es un tema que ya ha sido tratado en muchas revistas deportivas y que ahora es cada vez más conocido por el público en general, el impacto de la preparación psicológica y mental en el deporte. Ya sea en el fútbol con la famosa preparación mental de los jugadores brasileños, el tenis con las preparaciones psicológicas y las sesiones de meditación del jugador serbio Novak Djokovic o en el combate, el boxeo o los deportes de MMA en los que los luchadores están mentalmente condicionados antes de entrar en la arena y a menudo incluso acompañados al borde del ring. Estimular la motivación, desarrollar una cierta confianza en sí mismo para gestionar mejor el estrés y la presión, ser cada vez más capaz de controlar los miedos, saber cómo redefinir los objetivos….
Aquí hay algunos ejemplos de las muchas sugerencias que pueden motivar a un atleta a usar los servicios de un entrenador mental. ¿Pero qué hay de CrossFit en todo esto? ¿Los atletas de alto nivel se benefician de la preparación mental en CrossFit? ¿Pueden estos métodos ser beneficiosos para un aficionado? En primer lugar, sí, cada vez más atletas de alto nivel en CrossFit están empezando a dedicar parte de su tiempo de entrenamiento a la preparación mental, pero también a la psicología deportiva. Obviamente no soy un experto en Psicología, ni siquiera un entrenador mental certificado. Sin embargo, puedo tratar de explicar con mis palabras la diferencia entre los dos términos que mucha gente confunde. La preparación mental es el resultado por encima de todo.
¿Cómo lograr sus objetivos? ¿Cómo ganar concursos, títulos? Hablaremos aquí de estrategia, de visualización. Quizás incluso podríamos incluir tácticas. Por otro lado, la psicología deportiva es la lucha entre el atleta y su mente.
¿Cómo puedo controlar mi estrés? ¿Cómo puedo creer en mí mismo y mantener mi confianza? ¿Cómo puedo relajarme para dar lo mejor durante la competición? Esta psicología deportiva incluirá técnicas como, por ejemplo, la meditación o la neuropsicología. Si dividiéramos una preparación mental (integrando los procesos de la psicología deportiva) en 3 partes, podríamos organizarla de la siguiente manera:
Antes: Aumenta la concentración y reduce el estrés. A menudo son las palabras del entrenador y las notas musicales en los auriculares, son las más apropiadas para esta primera fase. La idea será ponerse en forma de manera ordinaria para una competición o evento que sea extraordinario. Esta fase se denomina a menudo “rutina”. Pequeños hábitos, pequeñas frases para repetir en la cabeza, un adelanto del esfuerzo que seguirá, etc….. Manejar las distracciones potenciales y entrar en un estado competitivo.
Durante: Mantener tu estrategia en mente sin importar lo que suceda, y ser capaz de manejar situaciones inesperadas. Nada sale como lo planeado, y es la capacidad de reacción lo que marca la diferencia entre un deportista de élite y un campeón, en mi opinión. No puedes predecir lo inesperado, pero puedes prepararte para ello.
Después: Aprender de los errores es la base del progreso. Analizar su rendimiento. Es cierto que a menudo tendemos a tener en cuenta sólo los aspectos negativos, pero los positivos también deben tenerse en cuenta en el análisis.
Hagámonos las preguntas correctas: ¿Qué hizo que tuviéramos éxito o que fracasáramos? En caso de circunstancias imprevistas, ¿cómo reaccionamos? ¿En qué tenemos que trabajar? Y ahora, ¿cuál es el siguiente paso? El deporte, ya sea amateur o profesional, debe ser ante todo un eterno reto de hacernos preguntas. Todos tenemos mucho margen de mejora, sea cual sea nuestro nivel. Lo importante es saber exactamente en qué tenemos que trabajar y cómo podemos trabajar en ello para progresar.