Los 10 mejores ejercicios funcionales que todo entrenador debe conocer

Abr 14, 2025 | WOD

Descubre los ejercicios funcionales clave que todo coach debe dominar para mejorar la movilidad, fuerza y rendimiento de sus clientes. Aprende cómo aplicarlos con propósito, adaptarlos a distintos niveles y evitar errores comunes.

1. Qué es el entrenamiento funcional y por qué está revolucionando el fitness

El entrenamiento funcional no es una moda pasajera, es una evolución en la forma de entender el movimiento humano. A diferencia del entrenamiento clásico que se enfoca en aislar grupos musculares, el entrenamiento funcional trabaja cadenas musculares completas, simulando patrones de movimiento reales y útiles para la vida cotidiana o el deporte.

No se trata solo de «verse bien», sino de moverse mejor. Esto significa poder agacharse correctamente, levantar peso sin riesgo, estabilizar el tronco al correr o tener reflejos al caer. Su enfoque global lo convierte en una herramienta valiosa tanto para el rendimiento deportivo como para la salud postural.

Además, permite una adaptabilidad total: desde personas sedentarias hasta atletas de élite pueden beneficiarse del mismo ejercicio, siempre que esté bien escalado.

Puedes profundizar más sobre la definición y las múltiples aplicaciones del entrenamiento funcional consultando esta guía completa del American Council on Exercise (ACE). sobre entrenamiento funcional, una de las referencias más reconocidas en el sector.

 

 

2. Beneficios reales: del gimnasio al día a día

Uno de los errores comunes al hablar de entrenamiento funcional es reducirlo a una serie de ejercicios “de moda” o “exóticos”. En realidad, lo funcional no es lo espectacular, sino lo transferible.

Cuando un cliente mejora su estabilidad al subir escaleras o su equilibrio al caminar con una mochila pesada, está viendo los efectos de un trabajo funcional bien aplicado. En el gimnasio, esto se traduce en una mejor técnica al levantar pesas, menor riesgo de lesiones y mayor eficacia en el movimiento.

Desde un enfoque terapéutico, también ha demostrado ser clave para corregir desequilibrios musculares, prevenir el dolor lumbar y mejorar el control motor en personas mayores. Y para los deportistas, permite mejorar la coordinación intermuscular, la potencia y la agilidad, aspectos fundamentales para el rendimiento.

El entrenamiento funcional sigue creciendo como una de las principales tendencias fitness en 2025, consolidándose como una disciplina clave gracias a su enfoque integral, su capacidad de adaptación a distintos perfiles y su aplicabilidad real en contextos deportivos y cotidianos.

3. ¿Cómo debería un entrenador seleccionar los ejercicios funcionales más efectivos?

Un buen entrenador funcional no elige ejercicios al azar ni repite la rutina que vio en Instagram. Cada movimiento tiene que responder a una pregunta:
¿Para qué estoy entrenando esto?

Los mejores ejercicios funcionales son aquellos que:

  • Movilizan varias articulaciones al mismo tiempo
  • Activan tanto musculatura principal como estabilizadora
  • Requieren control, no solo fuerza
  • Se pueden progresar o adaptar según el nivel del cliente
  • Tienen una clara utilidad práctica

Además, un ejercicio no es funcional por sí mismo: es funcional si cumple una función dentro del contexto del entrenamiento. Por eso es fundamental conocer al cliente, sus objetivos, sus limitaciones y sus patrones de movimiento.

Si buscas ideas para crear rutinas completas y coherentes, te explicamos cómo diseñar planes de entrenamiento funcional adaptados al entorno de gimnasio, teniendo en cuenta la progresión, el perfil del cliente y la intención detrás de cada ejercicio.

 

 

4. Guía completa de los 10 ejercicios funcionales esenciales

A continuación, se presentan 10 ejercicios clave, con una descripción completa para que entrenadores y practicantes puedan entender cómo aplicarlos correctamente.

1. Kettlebell Swing

Este ejercicio es la definición de potencia funcional. Utiliza la extensión explosiva de cadera para lanzar la pesa rusa hacia el frente, activando el core, los glúteos y los isquiotibiales.

Aplicación práctica: Mejora la velocidad y fuerza en movimientos como correr, saltar o golpear. Es ideal en deportes que requieren potencia desde el tren inferior.

Errores comunes: Usar los brazos en lugar de la cadera, inclinarse hacia atrás al final del movimiento, no activar el core.

Cómo adaptarlo: Se puede hacer con dumbbells al principio. Para personas con problemas lumbares, usar un rango más corto o practicar primero con puentes de glúteo.

2. Sentadilla con pesa (Goblet Squat)

Una de las mejores formas de enseñar la técnica correcta de sentadilla, especialmente a principiantes. Al sostener el peso frente al pecho, obliga a mantener una postura erguida y activa el core constantemente.

Músculos trabajados: Cuádriceps, glúteos, abdominales, erectores espinales.

Aplicación práctica: Sentarse, levantarse, cargar peso, subir escaleras.

Errores comunes: Colapsar las rodillas hacia dentro, levantar los talones, redondear la espalda.

Progresiones: Añadir movimiento con peso, sentadillas frontales con barra, variaciones unilaterales.

3. Caminata del granjero (Farmer’s Walk)

Tan simple como eficaz. Consiste en caminar cargando peso en ambas manos, activando los músculos estabilizadores del core, hombros y espalda.

Beneficio funcional: Entrena el agarre, postura y control del tronco. Refuerza la capacidad de cargar y transportar objetos pesados de forma segura.

Errores comunes: Encorvarse, dejar caer los hombros, caminar con pasos inseguros.

Variaciones: Carga unilateral (maleta), caminata en punta de pie, añadir escaleras.

4. Peso muerto con mancuernas

Una versión más accesible del clásico deadlift. Enseña a levantar desde el suelo con buena técnica, implicando toda la cadena posterior.

Músculos activados: Glúteos, isquios, espalda baja, trapecios, core.

Aplicación funcional: Levantar cajas, niños, mochilas… todo lo que se hace agachándose.

Errores comunes: Flexionar demasiado las rodillas, curvar la espalda, levantar con la espalda en lugar de con la cadera.

Progresión: Peso muerto con barra, sumo deadlift, unilaterales.

5. Plancha con flexión (Plank to Push-Up)

Este ejercicio combina dos elementos fundamentales: la estabilidad del core (a través de la plancha) y la fuerza de empuje (mediante la flexión de brazos). Es ideal para trabajar tanto el tronco como el tren superior en una sola secuencia dinámica.

Qué trabaja: Core profundo (transverso abdominal), pectorales, tríceps, deltoides, glúteos.

Aplicación funcional: Refuerza la capacidad de estabilizar el cuerpo al empujar, trepar, gatear o rotar. Muy útil en actividades físicas cotidianas como levantarse del suelo o cargar peso al frente.

Errores comunes: Hundir la pelvis, rotar excesivamente el tronco, colocar mal las manos (muy adelante o hacia afuera).

Cómo escalarlo: Para principiantes, se puede realizar desde las rodillas o en superficies elevadas como una caja o banco.

Consejo de entrenador: Reforzar la activación del glúteo durante todo el movimiento ayuda a mantener la cadera alineada y evitar balanceos.

6. Zancadas (Lunges)

Las zancadas son uno de los ejercicios funcionales más efectivos para trabajar la estabilidad, el equilibrio y la fuerza del tren inferior. Su movimiento unilateral obliga a activar no solo los músculos principales de las piernas, sino también los estabilizadores del core y de la cadera.

Músculos implicados: Glúteos, cuádriceps, isquiotibiales, aductores, core.

Aplicación práctica: Este patrón de movimiento es esencial para muchas acciones cotidianas y deportivas, como caminar por superficies irregulares, subir escaleras o estabilizarse al cargar peso asimétrico.

Errores comunes:

  • Dar pasos demasiado cortos o demasiado largos, lo que afecta la alineación de las rodillas.
  • Perder la verticalidad del tronco y llevar el peso hacia adelante.
  • No controlar la fase de descenso, impactando la rodilla contra el suelo.

Modificaciones:

  • Zancadas hacia atrás para proteger la rodilla delantera.
  • Zancadas laterales para trabajar movilidad y estabilidad frontal.
  • Añadir carga con mancuernas o kettlebells para aumentar la dificultad progresivamente.

7. Golpes con balón medicinal (Med Ball Slams)

Un ejercicio de descarga de energía que activa el cuerpo entero y permite liberar tensión acumulada. Trabaja cadenas musculares de forma explosiva, desde los pies hasta los brazos, pasando por el core.

Qué músculos trabaja: Deltoides, dorsal ancho, oblicuos, abdomen, piernas.

Aplicación funcional: Fortalece los movimientos de tracción descendente y mejora la coordinación entre el tren superior e inferior.

Errores frecuentes: Usar solo los brazos (en lugar de generar fuerza desde el suelo y la cadera), no flexionar las piernas al recoger el balón, bloquear la respiración.

Sugerencia profesional: Ideal para incluirlo como ejercicio de activación o en fases de descarga de alta intensidad (HIIT).

8. Remo en TRX (TRX Rows)

Una alternativa excelente a las dominadas y remos con barra, especialmente útil para mejorar la fuerza del tren superior sin cargar la columna. Además, obliga a activar el core constantemente para mantener la alineación del cuerpo.

Qué músculos activa: Dorsales, romboides, trapecios, bíceps, abdominales.

Aplicación funcional: Corrige desequilibrios posturales, especialmente en personas que pasan muchas horas sentadas o con hombros adelantados.

Errores comunes: Tirar con impulso en lugar de con control muscular, arquear la espalda baja, no terminar el recorrido.

Progresión: Ajustar el ángulo del cuerpo para aumentar la dificultad o usar un TRX en combinación con lastre.

9. Core Twists con banda elástica

Este ejercicio se enfoca en la rotación del torso, un patrón fundamental que suele estar poco entrenado pero es esencial para la salud de la columna y el rendimiento deportivo.

Músculos implicados: Oblicuos, transverso abdominal, erectores espinales, glúteos estabilizadores.

Para qué sirve: Mejora la capacidad de generar y resistir rotaciones. Es clave en deportes con giros (tenis, golf, béisbol) y en la vida diaria (como girar para agarrar algo o empujar puertas pesadas).

Errores comunes: Rotar con los brazos en lugar del torso, no estabilizar la pelvis, realizar el movimiento demasiado rápido y sin control.

Recomendación: Utilizar una banda de resistencia media y asegurarse de que el cuerpo esté bien anclado desde los pies para evitar compensaciones.

10. Burpees

El infame ejercicio de cuerpo completo que lo tiene todo: fuerza, cardio, coordinación, movilidad y explosividad. Aunque a veces odiado, bien ejecutado es una herramienta poderosa para entrenar el cuerpo de forma integral.

Qué trabaja: Pecho, tríceps, hombros, abdomen, glúteos, piernas y sistema cardiovascular.

Aplicación práctica: Ideal para mejorar la capacidad de respuesta y recuperación rápida, además de aumentar la resistencia general.

Errores comunes: Realizarlos demasiado rápido sin técnica, dejar caer el cuerpo al suelo, desalinear la espalda en la fase de salto.

Modificaciones: Para personas con bajo nivel de condición física, se pueden quitar el salto y la flexión, o realizar el movimiento por partes con pausas.

 

 

5. Aplicaciones del entrenamiento funcional según el perfil del cliente

El verdadero poder del entrenamiento funcional radica en su adaptabilidad. No todos los cuerpos necesitan lo mismo, ni responden igual a los estímulos. A continuación, analizamos cómo utilizar estos ejercicios de forma estratégica según el tipo de cliente o grupo con el que se trabaje.

Entrenamiento funcional para principiantes absolutos

Para alguien que nunca ha entrenado o lleva mucho tiempo inactivo, la prioridad debe ser reaprender a moverse, no “sudar” a toda costa. Esto implica enseñar a controlar el cuerpo en el espacio, entender el centro de gravedad, y activar el core correctamente.

Objetivo principal: reeducación motriz, activación de musculatura estabilizadora, mejora de la movilidad articular.

Recomendaciones:

  • Usar ejercicios de bajo impacto como sentadillas al aire, peso muerto con palo, planchas estáticas, remos con banda.
  • Evitar el trabajo pliométrico hasta dominar los patrones básicos.
  • Priorizar la calidad del movimiento por encima de la cantidad o la carga.

Entrenamiento funcional para personas mayores o en rehabilitación

En este caso, el entrenamiento funcional se convierte en una herramienta terapéutica. Se busca preservar la independencia, prevenir caídas y mantener la capacidad de realizar tareas cotidianas con seguridad.

Objetivo principal: equilibrio, fuerza funcional, coordinación y movilidad.

Recomendaciones:

  • Incluir ejercicios de estabilidad en un solo apoyo (por ejemplo, caminatas laterales con banda).
  • Trabajar la fuerza en rangos cortos, con énfasis en la técnica.
  • Usar soportes o ayudas como sillas, TRX o bandas para garantizar la seguridad.

Además del aspecto físico, no debemos olvidar que el entrenamiento también fortalece la salud mental, algo clave en perfiles vulnerables o en procesos de recuperación.

Entrenamiento funcional para atletas o personas con experiencia

Aquí el enfoque cambia completamente: se entrena para optimizar el rendimiento y corregir posibles descompensaciones que aumenten el riesgo de lesión. El entrenamiento funcional se convierte en un complemento estratégico a su disciplina principal.

Objetivo principal: transferencia deportiva, fuerza explosiva, control neuromuscular.

Recomendaciones:

  • Aplicar variaciones avanzadas como kettlebell snatches, sentadillas unilaterales, lanzamientos de balón y trabajo rotacional con carga.
  • Introducir protocolos de entrenamiento funcional en fatiga para simular condiciones reales de competición.
  • Medir tiempos, repeticiones o velocidad para evaluar el rendimiento.

 

6. Cómo estructurar sesiones de entrenamiento funcional con propósito

Una sesión de entrenamiento funcional bien diseñada debe tener intención y progresión. No se trata de juntar ejercicios aleatorios, sino de construir una secuencia lógica que active, prepare, desafíe y recupere al cuerpo.

Estructura recomendada para una sesión funcional:

  1. Calentamiento activo (5-10 min): movilidad articular, activación del core, patrones básicos como gateo o jumping jacks.
  2. Bloque técnico (10 min): enseñanza y práctica de un ejercicio clave del día, como peso muerto o zancadas.
  3. Bloque principal (15-25 min): circuito funcional de 3 a 5 ejercicios, priorizando calidad de movimiento.
  4. Final explosivo o metabólico (5-10 min): ejercicios como burpees, med ball slams o swings a ritmo alto.
  5. Vuelta a la calma y movilidad (5 min): estiramientos dinámicos, respiración, control del sistema nervioso.

Consejo clave:

Siempre es mejor dejar al cliente con sensación de éxito y control, que con fatiga excesiva. El entrenamiento funcional debe construir, no desgastar.

Y si trabajas con grupos o clases colectivas, puedes aplicar estas 32 estrategias para mejorar la motivación en clases de entrenamiento funcional, fundamentales para mantener a tus clientes comprometidos y activos en el largo plazo.

 

7. Errores comunes (y peligrosos) que cometen entrenadores y usuarios

Incluso con buenas intenciones, es frecuente cometer errores en un entrenamiento funcional que restan efectividad o, peor aún, ponen en riesgo al cliente. Aquí los más relevantes:

Confundir intensidad con efectividad

Hacer que un cliente “sude mucho” no significa que esté entrenando bien. La intensidad debe estar alineada con los objetivos y capacidades del usuario. Un trabajo de movilidad bien hecho puede ser más valioso que un circuito extenuante mal ejecutado.

Olvidar la técnica en ejercicios complejos

Ejercicios como swings, saltos o levantamientos rotacionales requieren control técnico. Sin supervisión y enseñanza adecuada, pueden terminar provocando sobrecargas articulares o lesiones.

Aplicar ejercicios virales sin adaptación

No todos los ejercicios populares en redes sociales son funcionales o seguros. Usar un TRX sobre una pelota de pilates para hacer flexiones puede parecer espectacular, pero carece de propósito real.

 

8. El papel del entrenador: más que corregir, guiar con criterio

El entrenamiento funcional exige del entrenador algo más que contar repeticiones. Exige criterio, observación y capacidad de adaptación. No hay una única forma correcta de hacer un ejercicio funcional, sino formas correctas para cada persona, según su movilidad, estabilidad, historial de lesiones y objetivos.

Un buen coach funcional:

  • Observa patrones de movimiento, no solo músculos.
  • Enseña desde lo simple hacia lo complejo, dominando las progresiones.
  • Corrige con propósito, explicando el porqué de cada ajuste.
  • Motiva con inteligencia emocional, adaptando el mensaje al tipo de cliente.
  • Evalúa constantemente, entendiendo que el cuerpo cambia día a día.

En este tipo de entrenamiento, el coach deja de ser solo un instructor y se convierte en un educador del movimiento.

 

10. Preguntas frecuentes sobre el entrenamiento funcional

¿Es lo mismo entrenamiento funcional que entrenamiento de fuerza?

No. Aunque ambos pueden incluir ejercicios similares, el entrenamiento funcional busca mejorar la capacidad de moverse de forma eficiente en la vida diaria o en el deporte, mientras que la fuerza tradicional suele enfocarse en levantar más peso o aumentar masa muscular de forma aislada.

¿Cuántas veces por semana se recomienda hacer ejercicios funcionales?

Depende del nivel de la persona. En general, 2 a 3 sesiones semanales son efectivas para generar adaptaciones sin fatigar en exceso. Puede combinarse con movilidad, fuerza tradicional o cardio.

¿Puedo practicar entrenamiento funcional en casa sin equipamiento?

Sí. Muchas versiones de ejercicios funcionales se pueden hacer solo con el peso corporal: sentadillas, planchas, zancadas, puentes de glúteo o ejercicios de equilibrio. Un TRX o bandas elásticas amplían mucho las posibilidades sin ocupar espacio.

La Mayo Clinic ofrece una explicación clara sobre el entrenamiento funcional en casa y sus beneficios, ideal para quienes no disponen de equipamiento o prefieren entrenar desde su propio espacio.

¿Se puede usar para perder peso?

Definitivamente. Si se estructura bien, con ejercicios multiarticulares, cambios de ritmo y control del descanso, el entrenamiento funcional puede elevar el gasto energético y generar un efecto post-combustión (afterburn) significativo.

¿Es apto para personas con lesiones o dolor crónico?

Sí, siempre que esté supervisado por un profesional capacitado. De hecho, el entrenamiento funcional se originó en la fisioterapia, por lo que tiene muchas aplicaciones en rehabilitación.

¿Cómo sé si estoy progresando?

A través de varios indicadores: mayor control en los movimientos, capacidad de sostener posturas más tiempo, mejora en la técnica, posibilidad de hacer ejercicios más complejos o con más carga sin dolor ni desequilibrio.

 

Mover el cuerpo con inteligencia es entrenar con propósito

El entrenamiento funcional es mucho más que una serie de ejercicios con nombres llamativos. Es una filosofía basada en el movimiento consciente, en la eficiencia corporal y en la conexión entre mente, cuerpo y entorno.

Para un entrenador, dominar estos ejercicios no es solo tener un repertorio amplio, sino saber cuándo, cómo y por qué aplicarlos. Y para cualquier persona que entrena, incorporar estos movimientos es una forma de respetar su cuerpo, prepararlo para la vida y mantenerse activo con seguridad y energía.

Al final del día, no se trata de hacer “más repeticiones”, sino de moverse mejor.

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